Uno de los grandes retos que enfrentamos como pastores es decidir qué vamos a enseñar cada año. A veces, por costumbre o por miedo a incomodar, terminamos repitiendo los mismos temas básicos una y otra vez. Y mientras tanto, la gente vive rodeada de ideas, preguntas y presiones para las que no siempre los estamos preparando.
Si somos sinceros, muchas iglesias han dedicado años a hablar de lo superficial: la ropa, el cabello, el maquillaje, las costumbres externas. Y con eso hemos descuidado la enseñanza de verdades profundas que sostienen la fe.
El resultado no es menor. Tenemos congregaciones que saben repetir versículos de memoria, pero no saben defender su fe. Iglesias que se confunden con facilidad ante cualquier moda cultural. Creyentes que no tienen herramientas para enfrentar las preguntas difíciles de la vida real.
Si de verdad queremos ver vidas transformadas, necesitamos enseñar todo el consejo de Dios. No sólo lo que es cómodo. No sólo lo que provoca aplausos.
Por eso quiero compartir contigo 4 grandes temas que no deberían faltar cada año en tu calendario de predicación. Estos temas forman una fe robusta y práctica, capaz de sostener a la iglesia en cualquier tiempo.
1. Familia y Matrimonio
Hoy el concepto de familia está bajo ataque constante. El matrimonio se considera opcional. La pureza sexual se trata como algo anticuado. Y la crianza cristiana es ridiculizada. Si no hablamos de esto en la iglesia, ¿quién lo enseñará?
Cada año deberías predicar sobre:
- El diseño de Dios para el matrimonio y la sexualidad. (Génesis 2; Efesios 5).
- La crianza de los hijos con principios bíblicos.
- Cómo resolver conflictos y restaurar relaciones rotas.
- El dolor del divorcio y la esperanza de la restauración.
- La importancia de vivir con integridad.
- La pureza sexual en un mundo erotizado.
Versículos clave:
- “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” (Génesis 2:24)
- “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” (Proverbios 22:6)
- “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella.” (Efesios 5:25)
2. Finanzas
La Biblia habla muchísimo del dinero porque revela lo que amamos. Pero muchos pastores evitan este tema por miedo a que se malinterprete. Y así tenemos cristianos atrapados en deudas, sin disciplina financiera y sin una visión bíblica de la generosidad.
Cada año, enseña sobre:
- Mayordomía responsable y presupuestos equilibrados.
- Cómo hacer un presupuesto financiero.
- El peligro de vivir endeudados.
- La generosidad como una respuesta a la gracia de Dios.
- Principios bíblicos para el trabajo y la provisión.
- Cómo usar los recursos para bendecir a otros.
- El peligro de la avaricia y el endeudamiento.
- Inteligencia financiera al servicio del Reino y la comunidad.
Versículos clave:
- “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero.” (1 Timoteo 6:10)
- “El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado.” (Proverbios 11:25)
- “Honra a Jehová con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos.” (Proverbios 3:9)
Una iglesia instruida en estas áreas es una iglesia libre y generosa.
3. Temas Sociales y Culturales
La fe no se vive aislada. Cada día la gente enfrenta temas difíciles: aborto, racismo, feminismo, sexualidad, política, relativismo. Si no enseñamos a pensar bíblicamente sobre estas cosas, la cultura se encargará de discipularlos.
Incluye cada año enseñanzas sobre:
- La dignidad de la vida humana y la defensa de los más vulnerables.
- Racismo, justicia social y reconciliación.
- La perspectiva bíblica sobre el género y la identidad.
- La responsabilidad ciudadana y el respeto por las autoridades.
- Cómo vivir con integridad en medio del relativismo cultural.
- Egocentrismo y el culto al yo.
- Ateísmo práctico y las nuevas espiritualidades.
- Ciudadanía responsable y participación política.
Versículos clave:
- “Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo.” (Isaías 5:20)
- “Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso.” (Salmo 82:3)
- “Vosotros sois la luz del mundo.” (Mateo 5:14)
No es un lujo hablar de estos temas. Es una necesidad para que la iglesia no sea ingenua ni se confunda.
4. Doctrina y Apologética
Una fe sin raíces profundas es fácil de arrancar. Cuando reducimos la enseñanza a mensajes de motivación, la iglesia crece en entusiasmo pero no en conocimiento. Y una fe sin convicciones no resiste la prueba.
Cada año, dedica tiempo a enseñar:
- Las doctrinas básicas del cristianismo: salvación, gracia, fe, la Trinidad.
- La historia de la iglesia.
- Desarrollo del pensamiento cristiano a lo largo de los siglos
- Cómo defender la fe ante preguntas difíciles.
- Argumentos científicos/filosóficos que demuestran la existencia de Dios.
- ¿Realmente existió Jesús?
- La autoridad y la suficiencia de la Biblia.
Versículos clave:
- “Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.” (1 Pedro 3:15)
- “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.” (2 Timoteo 3:16)
- “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento.” (Oseas 4:6)
El cambio de vida verdadero ocurre cuando las personas conocen a Dios tal como Él se ha revelado.
Si queremos ver cristianos maduros, familias sanas y comunidades que brillan con la luz de Cristo, tenemos que enseñar mucho más que lo superficial. No podemos conformarnos con series que sólo buscan entretener o provocar emociones pasajeras.
La verdadera transformación viene cuando predicamos el consejo completo de Dios, con claridad y con valor. Cuando formamos mentes y corazones que saben por qué creen lo que creen.
Si quieres que tu iglesia crezca en profundidad, empieza por planificar un año de enseñanza balanceada. No tengas miedo de tocar los temas difíciles. No subestimes el hambre de la gente por aprender.
Y si necesitas ayuda para estructurar tus series, desarrollar bosquejos o preparar materiales, estaré encantado de acompañarte en el proceso.







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